miércoles, 27 de mayo de 2009

SEMANA 26 DE EMBARAZO


¡Hola!
¿No empieza a hacer ya calor? Bueno, vamos a lo que vamos. Estamos en la semana 26 de embarazo, lo que significa que mi desarrollo va por las 24 semanas, mido 24 cm. desde la cabeza hasta el culete, o 35,5 centímetros desde la cabecita hasta los talones, el tamaño aproximado de un pepino largo (bien, volvemos a las medidas verduleras). Peso entre 850 gramos y un kilo.
Mi peso se triplicará desde ahora hasta que nazca, hasta llegar a unos tres kilos y medio, ya que en las próximas semanas iré acumulando grasa muy rápidamente. Se necesita toda esa grasa para poder ajustarse a las temperaturas más frías que hay fuera de este lugar tan calentito y cómodo donde me encuentro ahora. Además, esa grasa será una fuente de energía y calorías en mis primeros días de vida. Parece que en vez de un bebé humano sea un bebé foca. Es común que los recién nacidos, especialmente aquellos que son amamantados, pierdan peso en la primera semana (algunas veces hasta un 10 por ciento de lo que pesaban al nacer).Mi piel, por si queda alguna duda, todavía es transparente, así que si naciera hoy verías perfectamente todo el sistema circulatorio.
Me pasa la mayor parte del día dormido, pero eso cambiará cuando abran el bingo de aquí enfrente (poco a poco ensayo mi ironía). Cuando me despierto, tengo más energía y empiezo a hacer uso de reflejos importantes. Los nervios en los oídos cada vez se están desarrollando más y por eso puedes notar que respondo de una forma más consistente a los sonidos que llegan de afuera. Cuando oigo ruidos repentinos, saco mis reflejos de protección extendiendo brazos y piernas como mecanismo de autodefensa, es decir, las típicas huascas y las naturales patadas en la boca.
Hoy en día, con las comodidades de la vida humana, estos instinto no se hacen tan necesarios como lo eran para nuestros antepasados, cuando vivían en las cuevas y los dinosaurios podían comérselos de un bocado. O algo así, que a pesar de tener genes de historiador al cuadrado, esta parte no me acaba de quedar clara. Sin embargo, otros reflejos sí lo son. Es el caso del reflejo que consiste en ingerir medio litro de líquido amniótico al día. Este reflejo pervive durante toda la vida y varía en algunos individuos, en vez de líquido amniótico es cerveza o whisky, en vez de medio litro puede ser litro y medio... Esta tendencia natural (la del líquido amniótico) ayuda a que el sistema digestivo se desarrolle bien.
Asimismo, ahora respiro de vez en cuando un poquito de líquido amniótico, para practicar las primeras bocanadas de aire que tomaré cuando nazca. Me han dicho que es menos denso que este líquido, ya veremos. Otro reflejo que estoy ejercitando es el reflejo labial de succión, ya que empiezo a chuparme el dedo con virulencia, aburrimiento puro y duro.
Percibo cada vez más los estímulos del mundo exterior como la luz, el sonido o las presiones sobre el abdomen. Así que estoy atento, en la medida que puedo, a todo lo que pasa fuera, así con las orejas de punta y los ojos abiertos de par en par.

miércoles, 20 de mayo de 2009

ECOGRAFIA SEMANA 25



¡Hola!
Suelo llevar bastante bien las cuentas de cuando toca las ecografías, y mira que yo intento estar preparado, pero nada de nada, que siempre me acaban cogiendo en un renuncio y cuando menos me lo espero, ¡zasca! foto en postura comprometida.
Vamos con la explicación de eso que puedes ver en blanquinegro ahí arriba:
La primera no tiene gran misterio, ya que es mi cara junto a una de las piernas. Se ve un poco raro ya que la foto ha capturado el instante en el que practicaba mi bal-badak (el taekwondo ya forma parte de mi). Es que siempre me pillan en mi hora de entrenamiento, y eso es importantísimo, así que hasta que no acaba la hora yo a lo mio.
En la segunda imagen se aprecia lo que podríamos denominar doble directo, es decir huasca con la derecha, huasca con la izquierda. Volvemos a lo que comentaba hace un momento, mi hora de entrenamiento es ineludible, y como estoy en un ambiente blandito pues yoyas y patás a diestro y siniestro.
La tercera imagen es la que me produce los desvelos. Con la cantidad de posturas distintas que hay, ¿no podrían cogerme en una que no pareciera que me he sentado en una fotocopiadora? ¿O en una que no parezca que han escondido una cámara en el váter? Es que es la segunda vez, vamos, que esto ya no es por error, que esto es a mala leche. ¿A quien le hace gracia que le hagan una foto desde el mojino? A mi no, desde luego. Y todo con la excusa ruin de que me quieren medir el fémur. Me mide 45,1 mm, lo que corresponde con un feto de 25+1 semanas, no se va mucho de mi edad real (incluso estoy un poco más crecido).
En la cuarta imagen no hay mucho que explicar, es mi perfil y punto. Al rato, mientras mi papá, mi mamá y mi tía (creo que se llama Raquel tía) comentaban las ecografías he oído que decían que tengo una buena frente, como mi mamá, o eso he oído.
La última es una prueba diagnóstica, mide el perímetro de mi cebolla. Me refiero a la cabeza, que como siempre me comparo con frutas y/o verduras, pues le he cogido gustillo. Mi cabeza de parte a parte mide 66,1 mm, lo que corresponde a un feto de 25 semanas + 4 días.
Poco tiempo ha habido para carantoñas, la verdad es que no estaba muy por la labor. Al principio me he asustado, ya que me estaba chupando el pulgar, y claro, así quedo como un criajo y a mi me gusta estar estirado para parecer más elegante. Lo que me ha sorprendido ha sido la conmoción de cuando he abierto la boca para beber. Si uno tiene sed, ¿qué tiene que hacer?
Así he pasado la tarde, a ver si por aquí consigo datos de cómo evitar que me volváis a ver el culete, pero mucho me creo que no será fácil.

SEMANA 25 DE EMBARAZO


¡Hola!
Cada semana va quedando menos, ya estamos en la semana 25 de gestación y 23 de mi crecimiento. Ya mido más de 20 cm. (23 aproximadamente) de cabeza a pompis, y mi longitud total es de más de 30 cm. (alrededor de 34 centímetros) desde el pirri hasta la uña del dedo gordo del pie. Peso unos 680 gramos y, aunque no te parezca mucho peso, atrévete a decirselo a mi mamá a la cara. Mi cuerpo se ve más lleno, en vez de delgado y largo. A medida que vaya engordando, mi piel tendrá menos arrugas y se verá más suave. Las lorcillas se empiezan a distinguir a ambos lados. Cada día me parezco más al recién nacido que conocerás en unas semanas. ¿Cuántas? ¡Ah! Ese es el gran secreto, y así es más divertido para todos, ahí fuera podéis hacer porras para pasar el rato hasta el gran momento (el de conocerme, claro).
Ya tengo pestañas, lo sé porque las he tocado, vérmelas es imposible, claro. El color de los ojos todavía no se ha desarrollado por completo, ya que algunos pigmentos necesitan luz para acabar de formarse. Por eso, los ojos del colectivo intrauterino cambian en las primeras semanas de vida. De color, no de nada más. Los caucásicos suelen nacer con ojos claros, pero cuando maduran no tienen porqué conservarlos, posiblemente acaben con ojos verdes o marrones. Como los míos, ya que papá y mamá tienen los ojos de ese color, así que los míos serán chulísimos. Antes se creía que el color de los ojos estaba determinado por un solo gen, nuevas investigaciones han demostrado que realmente son varios genes, así que es imposible saber qué ojitos tendrá el bebé sólo mirando el de los progenitores.
Ya que estamos con el rollo estético hablaré del pelo, que en mi caso ya tiene color y textura, aunque una vez que haya nacido, podría cambiar. Por ejemplo, los bebés que nacen pelirrojos pueden ponerse rubios, los que tienen pelo oscuro pueden tener luego mechas de un color más clarito y, a menudo, los rubios se convierten en morenos. Esto es como ir a la peluquería, gratis y sin aguantar a la choni adicta al tinte (cada diez minutos se oxigenan, a pesar de la raya negra, más amplia que la parte descolorida) con el piercing de plástico negro en el labio superior.
En otro orden de cosas, el sentido que más se desarrolla a partir de esta semana es el oído. A pesar de estar muy aislado, me entero de todo lo que pasa porque las ondas sonoras viajan más rápido por el líquido amniótico que por el aire, esto lo compruebas metiendo la cabeza bajo del agua (mejor en la playa o en la piscina que en la taza del váter). Como consecuencia, empiezo a escuchar los primeros sonidos, principalmente los gorgoteos, los murmullos del cuerpo de mamá y cuando raja junto a sus compis de curro.
También percibo ruidos que yo mismo produzco, como mis chapoteos en el líquido amniótico (como mola hacer olas), algunos ruidos fisiológicos míos, o el movimineto de los líquidos producido por las ondas ultrasónicas de las ecografías. Aunque los ultrasonidos no son percibidos por el oído humano, las ondas agitan el fluido de la bolsa amniótica y el pequeño puede percibir su sonido. Del mundo exterior, me llegan las conversaciones, ruidos estridentes y música. Con todo, los soniditos de mamá siempre serán diferentes del resto, porque viajan a través de los fluidos de los dos cuerpos. Ésta es una de las muchas explicaciones que se da a la especial relación que establecen madres e hijos desde el nacimiento. Cosas de la psicología fetal, esos grandes profesionales.
Ahora que ya hemos cogido confianza (aunque habrá que esperar a dentro de unas semanas) te voy a contar una anécdota: la otra tarde estaba yo tan tranquilito cuando de repente oigo a mamá que dice: "Ven Santi, acerca la cabeza por si lo puedes escuchar". De repente noto que se empieza a hundir una de las paredes, que constriñen mi espacio vital (que es sagrado), y, claro, yo me defiendo de la única manera que conozco: a patadas. Así que a la primera guasca el bulto decreció, desapareció la depresión invasora y pude respirar aliviado. Confirmé mi triunfo cuando escuche a mi papá diciendo: "Jo*er con el crío, que ha endiñao una patada que casi me revienta la cabeza". Textual.
También empiezan a ponerme música y a mi que me gusta, bailo. Pero cuando más emocionado estoy y más botes estoy dando, me quitan la gracia y se acabó la música. ¡Qué egoístas!

miércoles, 13 de mayo de 2009

SEMANA 24 DE EMBARAZO

¡Hola!
Volvemos a encontrarnos en mi rinconcito. Ya llevo 22 de formación (24 de embarazo), por lo que quedan unas 16 semanas para que saque la cabecita al mundo. Al final de esta bitácora sabes que hay un reloj con la marcha atrás hasta las 12:00 del 2 de septiembre, más o menos para cuando se me espera. Aunque al final día y hora lo decido yo bajo el criterio, salgo cuando me salga de los... líquidos amnióticos.
Ahora mido unos 22 cm. (tamaño cabeza-culo), o alrededor de 30 cm. (medición cabeza-pies). Peso aproximadamente de 650 gramos. He crecido de manera considerable en una semana, pero ya todo lo que crezco y engordo de manera proporcionada. Como sé que echas de menos la medición frutoverdulera no voy a dejarte esta semana sin ella. Tengo el tamaño de una piña tropical y peso como el Queso Flor de Valsequillo Semicurado untado al pimentón en bola, umhhh, ¡qué rico! Mamá apúntalo para comerlo antes de que salga. O si no, antojo al canto.
En estas semanas en las que ya tengo todo formado, estoy "perfeccionando" mis órganos como por ejemplo, el cerebro o los pulmones. El tubo digestivo se desarrolla más y más y algunos órganos como el páncreas, comienzan a producir sustancias importantes para la vida ahí fuera, como la insulina que permite que las células puedan incorporar la glucosa del alimento.
En esta semana los primeros estímulos del exterior me van llegando. Casi todos los órganos sensoriales (oído, olfato, papilas gustativas y nervios del tacto) están ya maduros. Esta etapa es clave porque empezaré a interpretar el mundo, a interactuar, explorar, aprender. Y sin necesidad de periódicos o internet, aunque creo que el exterior más exterior es tan difícil de comprender que ni los sesudos adultos pueden entenderlo, vamos, eso he oído por aquí.
Para empezar, estoy empezando a familiarizarme con olores y sabores del exterior y de los que me presta mi mamá (como los de la leche) a través del líquido amniótico. Son todos los olores y sabores buenos, no de esos que van acompañados con un: "¡buegghhh! Mira que eres guarro". Hay cosas que ya me gustan, seguro que lo comeré cuando nazca, ¿sería una estrategia de control y dominio?.
El único sentido que todavía no experimento es el de la vista. Puedo percibir algún brillo de una luz fuerte como la del sol, pero el útero tiene las paredes muy gruesas y es muy oscuro, así que, corasón, que voy a mirar, mejor me ahorro el esfuerzo y ya para más adelante, si eso, me pongo a ello. También es verdad que oigo (creo que es papá) decir a menudo: "si para lo que hay que ver...". Ya puedo abrir los ojos y diferencio perfectamente la luz de la oscuridad: blanco, luz; negro, oscuridad. Abro y cierro los ojos bastante, dicen que este movimiento es el precursor del reflejo del parpadeo.
Además, cada día puedo escuchar más cosas y reconocerlas. A veces me asusto si escucho un ruido muy fuerte y lo transmito a la nave nodriza haciendo un movimiento brusco, aunque me estoy acostumbrando a los ruidos de todos los días, como el sonido de las sirenas o el de algún chucho ladrando. Así cuando salimos al exterior (el colectivo intrauterino) ya estamos hechos a algunos ruidos y algunos padres mediocres se suelen sorprender de lo poco que le afectan estos ruidos a sus bebés recién nacidos, pero pensadlo almas de cántaro, hemos pasado meses escuchándolos, además del cansancio que da nacer y claro, uno cuando duerme está rendidico. Otra razon es que seré valensiano y llevó las mascletaes insertas en el código genético.
Cada día tengo más fuerza y a partir de ahora te lo dirán mis pataditas, en ocasiones patadazas. Si me chutan azúcar o estimuantes (cafeína, no pienses en cosas duras, que son malignas) podrás acercar la mano o la jeta al útero y te responderé con amor y cariño. Si te hago daño ya sabes, quien no quiera polvo...
Los psicólogos fetales (colectivo con el que me llevo a partir un piñón) han hecho estudios que prueban que nuestras ondas cerebrales son similares a las de un recién nacido. Quicir, que pensamos. Prueba de mi razocinio es este blog.

miércoles, 6 de mayo de 2009

SEMANA 23 DE EMBARAZO

¡Hola!
A 118 días para llegar a ese mundo y salir de mi actual emplazamineto intrauterino vengo a esta, mi cita semanal, para relataros como va mi evolución. Ya mido cerca de 28 centímetros y peso alrededor de 550 gramos. Esta semana no voy a compararme con ninguna verdura, coge una cinta métrica y en tu intimidad te haces una idea de mi tamaño, al igual que el peso. Dejadme que descanse una semana de verdulerías varias, gracias.
En esta semana se está depositando el pigmento que colorea mi piel. Ésta tiene una apariencia arrugada (la piel) que se alisará en las próximas semanas. Ahora tengo un color sonrosado, sin importar cual sea el color de mi piel en el futuro, y estoy bastante arrugado. Aunque supongo que si fuera negro en mi piel ya se notaría un tono más oscuro. Mi piel es todavía tan fina que las venas se transparentan y le dan ese tono rosado. El verdadero tono de mi piel aparecerá a lo largo del primer año de vida. Se está completando el desarrollo de los globos oculares pero el color de mis ojos todavía no se sabe porque el iris no está pigmentado.
Todos los sistemas vitales (digestivo, circulatorio y respiratorio) están madurando y preparándose para la vida fuera del útero. Se están marcando los detalles de la forma de mis ojos, crecieron mis pestañas y tengo algo de pelo en las cejas. Al mismo tiempo, empiezo a desarrollar mi cerebro con rapidez. Mis medidas están más proporcionadas, casi casi como seré por ahí afuera. Mientras tanto duermo siestas y me estiro al despertarme. Esto no es raro, viene inserto en el genotipo español.
Ya puedo sentir los movimientos de mi mamá. Los psicólogos fetales afirman que me encanta si me ponen música o si mamá y papá se marcan un pasodoble o incluso si dan unos pasos de salsa. Aunque según he oído desde aquí mi papá es más bien vaguete y no creo que bailará ni medio paso.
Las venas que tengo en los pulmones, y que me ayudarán a respirar, se están desarrollando, aunque todavía faltan unos meses para que mis pulmones estén completamente formados. Es por esto que los bebés prematuros (nacidos antes de las 37 semanas) a menudo tienen dificultad para respirar. Los bebés que nacen en esta semana, la 23 del embarazo, pueden sobrevivir con cuidados médicos intensivos, pero corren el riesgo de sufrir muchas complicaciones. Pero de momento prefiero quedarme aquí dentro, que entre la crisis, la gripe A y todo lo que está cayendo hasta que no toque no pienso salir.