miércoles, 24 de junio de 2009

SEMANA 30 DE EMBARAZO

¡Hola!
Hay que ver el calor que hace ya. Se nota que ya estamos inmersos en el verano, o lo que es lo mismo, entramos en la última fase de mi gestación, esa que concluirá dentro de unas semanas con mi llegada a ese mundo.
Ya he llegado al kilo y medio de peso y mido alrededor de 40 centímetros. Los preparativos para la salida a escena se aceleran. Ya sabes que estoy en posición de salida, falta que me decida. Menos mal que me he dado prisa y he sido previsor como la mayoría de los bebés que nos ubicamos con la cabeza hacia abajo, pero algunos deciden no hacerlo, ya sea porque se acuerdan tarde de girar (como si hubiera mucho que hacer por aquí, si se olvidan de esto no quiero saber que pasa cuando dirigan un equipo de trabajo) y el útero ya no lo permite, o bien porque se hallan enredados con el cordón umbilical o el mismo resulta corto, limitando su movilidad. Pero por lo menos el cordón umbilical sirve para algo, juego con él. Sí, ya sé que es por donde se transportan los nutrientes, el oxígeno y todo eso, vale, pero no eso no lo veo.
Ahora estoy flotando en casi medio litro de líquido amniótico, pero ese volumen disminuirá a medida que crezca y ocupe todo el útero.
Ya soy capaz de distinguir entre la luz y la oscuridad, e incluso puedo seguir con los ojos una luz que se mueve. Cuando nazca, me han comunicado que mantendré los ojos cerrados la mayor parte del tiempo, pero cuando los abra, responderán a los cambios de luz. Sin embargo, sólo podré ver las cosas que tenga a unos centímetros de mi rostro, me han contado. Pero no te preocupes, porque cuando me tengas en brazos podré reconocerte, o si no siempre me queda reconocerte por la voz.
En cuanto a los órganos, entrañas y demás productos de casquería, mi cerebro ha crecido y se acomoda al tamaño de mi cabeza, pero que nadie se atreva a hacer broma acerca de los tamaños, tengamos la fiesta en paz. Los pulmones continúan madurando y produciendo surfactante, imprescindible para que al nacer pueda respirar por mí mismo.
¿Ya estáis haciendo apuestas de cuando naceré? ¡Y a qué esperas!

jueves, 18 de junio de 2009

ECOGRAFÍA 3D SEMANA 29


¡Hola!
Esta semana me tienen loco, no faltaba con una ecografía ayer que esta tarde ya me han hecho otra. Y esta tarde se han esmerado, nada de los cinco minutos de costumbre, nada de pim-pam-pum y se acabó, no. Me han tenido al menos media hora con el traca-traca. Claro, a vosotros no os molesta el zumbido a la cepa de la oreja, realmente es molesto, os lo prometo. Y eso no es lo peor, uno está tan tranquilo lamiéndose los puños (que últimamente se está convirtiendo en mi hobby favorito) y empiezan a sacudir el saco este en el que vivo arriba y abajo hasta que he bajado los brazos (que en realidad es subir porque estoy cabeza abajo). Si lo dijerais de buensa maneras no tengo ningún problema en hacerlo, porque encima papá amenazándome con quitarme la Wii. ¡Si no sé que es eso!
Así que me ha tocado echar mano de mis múltiples recursos y poner en juego todas mis muecas para entretener a los presentes. Últimamente he estado practicando algo porque suponía que antes o después tendría que tirar de ellas para aplacar a un público exigente que siempre pide más y más, que es que sois insaciables.
He utilizado la carusa, he fruncido el ceño, he sacado la lengua, me ha tocado sonreír, he torcido el cuello, he puesto la boca de todas las maneras que se me ha ocurrido, he puesto ojitos, he guiñado, he sacado a relucir la papada (sí, tengo papada...), he hecho puños dentro-puños fuera... yo qué sé, al final estaba sin ideas.
Por ahí están las imágenes, así que ya verás algo de lo que he hecho. Eso sí, estoy satisfecho porque habían muchas voces, más de las habituales de papá, mamá y las dos mujeres que a veces oigo, había una mujer más, que decía constantemente: "tiene cara de chico chico", o "que espabilao" y más de una vez "¡Qué guapo, Eric!". Si soy capaz de conquistar a las mujeres desde mi condición intrauterina, no quiero saber que pasará cuando me pasee por ahí fuera: nadie está a salvo de mi encanto.

miércoles, 17 de junio de 2009

ECOGRAFÍA SEMANA 29




¡Hola!
¡Vaya, vaya! Hemos vuelto a jugar a hacer fotitos... Pues esta vez no me habéis pillado en un renuncio, como estoy en una postura sin mucha posibilidad de moverme estoy más preparado en cuanto oigo el sonido del ecógrafo, que por cierto, ya reconozco.
Pasemos a explicar las imágenes que puedes ver. En las dos imágenes de la izquierda se puede ver mi perfil, cincelado por mano de escultor de la Grecia Clásica. Puedes ver la belleza de mi rostro, puedes deleitarte tanto como quieras, puedes tomarte tu tiempo, no te lo tengo en cuenta, es más, lo comprendo perfectamente.
En la primera de las dos imágenes centrales se puede ver de igual manera mi perfil, pero esta vez con la boca abierta, y si te fijas puedes ver mi lenguecita, dispuesta a lamer cositas ricas. De momento me conformo con el líquido éste que me envuelve, y de vez en cuando me chupo en el brazo y en el puño, que saben como a mantequilla, así dulcecito.
La segunda imagen del centro puedes ver el resultado de la prueba diagnóstica de medición del fémur. Ya sabes en que consiste, se mide el fémur para comprobar que la evolución es correcta. En mi caso mide 53,1 mm., que corresponde a un feto de 28 semanas + 1 día. Según oí al doctor no pasa nada, supongo que si los dos fémures son iguales no tiene que ser preocupante.
En las imágenes que se encuentran a la derecha se ven otras dos pruebas diagnósticas. La de arriba permite apreciar mi tórax, junto a parte de la espalda. En la parte superior se distingue la columna vertebral, y desde ahí nacen las costillas. En el centro, y marcado con una especie de huso, se encuentran unas cavidades negras que son mi corazoncito, pequeño en tamaño, grande en capacidad de amar.
La última es la de siempre, el diámetro del perolón. Esta semana tendría que comprarme un casco que tuviera 77,1 mm. de diámetro. Esta cabeza corresponde a un feto de 29 semanas + 6 días. ¡Vaya melón!, pensarán algunos. Pero al nacer todo acaba ajustado y no se nota, vamos eso espero.

SEMANA 29 DE EMBARAZO

¡Hola!
Esta semana he decidido no hablar del peso. ¿Para qué? Ya sabéis que paso del peso medio en esta semana de gestación. Por si te interesa mucho mucho piensa que he aumentado aquel kilo trescientos de hace una semana, unos 100-150 gr. Ahora mido cerca de 38 centímetros desde la cabeza hasta los talones, la misma altura que alcanza una Godecia doble, hortofrutícolamente hablando.
En este punto he de disculparme por mi actitud hacia el doctor que la semana pasada tuvo la osadía de pesarme. Quizá su afirmación no sea tan descabellada. Desde aquí veo que estoy comenzando a redondearme y ya no parezco tan flaco.
Por otra parte los músculos y pulmones siguen desarrollándose y la cabeza está creciendo para adaptarse al cerebro, que cada día está más grande. De hecho ya hemos entrado en una fase en la que el cerebro ha madurado tanto que puedo regular mi temperatura corporal, que con la que está cayendo no es baladí. Pero ojito, todavía necesito el calor del cuerpo de mamá para mantenerme caliente hasta que nazca. Se siguen desarrollando células nerviosas del cerebro. Al nacer, tendré cientos de miles de millones de ellas, que aunque parezcan muchas, se debe recordar que no se crearán más después de nacer. Todas esas células nerviosas estarán al servicio de controlar que mis excrementos abandonen mi cuerpo humano en el momento más inoportuno. ¡Viva el mal!
Como estoy creciendo tanto, ahora es cuando más nutrición necesito. Por eso y para que esté bien alimentado, necesito que mi madre me envié por el tubo que va a mi panza suficientes proteínas, vitamina C, ácido fólico, hierro y calcio. Cada día se depositan en mi esqueleto unos 200 miligramos de calcio, que van endureciendo mis huesos.
Mis sentidos están muy activos, ya sé ponerme cómodo y he aprendido a moverme. Entre todas las posturas ya he encontrado una que me gusta, quizás permanezca así lo que queda en el loft. Estoy boca abajo, porque me encaja la cabeza con un hueco y así puedo controlar mejor mis funciones motrices y patadeicas (ya sé que no existe la palabra pero, ¿me has entendido? Pues eso).
Ahora resulta que se han inventado un jueguecito, hunden mi espacio vital (¡el mío!) y yo respondo con una patada, con todas las ganas que tengo. Vuelven a hundir y vuelvo a patear. Se creen que me hace gracia, pero me fastidia bastante. Los oigo reirse y decir: "¡Qué fuerte! ¡Qué fuerte!". Ya lo sé, intento pegar todo lo fuerte que puedo, saben reconocerlo.

miércoles, 10 de junio de 2009

SEMANA 28 DE EMBARAZO

¡Hola!
¡Qué poco queda! Menos de 84 días para que nos veamos las caras. Aquí sigo mi evolución, que se va a acelerar en los días que quedan. De momento ya mido entre 25 y 30 cm desde la cabeza hasta el culete, hasta los 37,5 cm si me mides hasta los talones. No voy a incluir símiles hortofrutículas, que ya no estoy en esa fase ni en esa edad. Respecto al peso... bueno, aquí hay que hacer un inciso. Ayer mi mamá fue otra vez al médico y estuvo diciendo (el médico) que podía pesarme a través de una serie de datos como la medida de algunos huesos, la circunferencia craneal, etc. El caso es que el médico suelta que peso 1,300 kg, o sea, unos 200 grs. más de lo que es habitual a estas alturas. Poco, bueno, depende, 200 gr en una tonelada de arroz no va a ningún sitio, pero 200 gr en un alijo de cocaína. A mí esto me ha llegado muy adentro y me ha tocado los lanugos: vamos a ver, medicucho, ¿me estás llamando gordo? Espero que no, que lo único que has querido decir es que estoy crecidito. Porque hay que tener cachaza para meterse con el colectivo inteauterino, a la próxima ponle lo que hay que ponerle y me lo dices a la cara, ¡eh!, me he quedado con tu voz.
Pero esto puede ir a peor ya que sigo aumentando de peso. Es hora de que empiece a producir una capa grasa bajo la piel que iré acumulando. Además esta piel ya cuenta con queratina, que le da colorcillo (blancurrio, que aquí no entra mucho el sol) y está dejando de ser transparente como una medusa.
Los pulmones esta semana comienzan a producir surfactante, sustancia imprescindible para el inicio de la respiración fuera del útero. El caso es que cada vez estoy más preparado para salir al mundo exterior. Otro impulso preparatorio es que ya puedo abrir y cerrar los ojos que, además, tienen pestañas, bien bonicas, por lo que creo. Todavía no los abro para ver (los ojos, claro) es más bien un reflejo. Aquí, como habrás comprendido a través de esta bitácora, no hay vistas especialmente chulas.
Mis sentidos están cada vez más despiertos y mi corteza cerebral se ha desarrollado hasta tal punto que puedo empezar a albergar conocimiento. Es más, en las próximas semanas, mi sistema nervioso estará tan avanzado como el de un recién nacido. Investigaciones recientes, cosas de esas que hacen los psicólogos fetales (¡Hola, amiguitos del alma!) explican que, con la semana 28, el pequeño es más consciente de lo que le rodea. Una semana de éstas, crearé mi primer recuerdo. No sé si será bueno o malo, de ti depende, y eso puede ser algo que me persiga el resto de la vida. ¿Te sientes culpable?
En este momento empiezo a familiarizarme con la voz de mi mamá. La reconozco porque la escucho más claramente que a los demás sonidos, mejor incluso que a los médicos faltones. De vez en cuando respondo a ella, sólo que nadie me hace ni puñetero caso y no saben lo que respondo. También reconzco la música que suena a mi alrededor. Hay estudios que confirman que si escuchamos (el colectivo intrauterino) una misma melodía una y otra vez también podemos reconocerla, incluso seguir su ritmo, hasta si es Metal Hardcore Destroyer Leñero. Esto ha demostrado que la memoria a largo plazo funciona antes del nacimiento. Los de ahí fuera debeis de tener cuidado y tened en cuenta que las canciones pueden influir en mi ánimo. Las de ritmos acelerados me sobrestimularán, en cambio, la música suave le relajará.
Ahora mi corazón late a unos 140 lat./min. ¡Imagínate si me sobreestimulas! Mis períodos de vigilia son más prolongados respondiendo con movimientos contundentes a estímulos externos. Esto lo sé porque de vez en cuando se acerca una mano, le respondo con una yoya y me responden a la respuesta con un ¡joer! Hay que ser contundente, si no de qué le iba yo a colocar una bomba-lapa a los bajos del coche del médico, sin motivo depor medio es violencia gratuita, y eso no es digno.

miércoles, 3 de junio de 2009

SEMANA 27 DE EMBARAZO

¡Hola!
Una semana más estoy aquí para contaros un poco que me pasa por aquí dentro. Mido unos 25 cm. de culete a cabeza y unos 36,5 desde los cheques, perdón, talones (sí, ya ha empezado mi formación de chistes malos) hasta el lugar donde nunca me pondré un kiki. Es una medida similar a la de un pepino kalunga. He aumentado algunos gramos y ya llego a 1 kilo de peso aproximadamente.
Por eso mi piel está comenzando a engrosarse y en la próxima semana se depositarán en ella células córneas que le darán el aspecto de la piel de los que ya estáis expuestos al aire libre. Hay algo que empiezo a llevar mal y es que esto cada vez se me queda más pequeño y ya me cuesta estirarme.
Ahora abro y cierro los ojos, estoy intentando girarlos por completo y dejarlos en blanco (así me echaré unas risas al nacer cuando alguien piense que estoy endemoniado o algo por el estilo). Por cierto, he visto mi propio reflejo (sé que soy yo porque esto muy concurrido no está, obviamente) y he descubierto el color de mis ojos ya que el iris está pigmentado. Pero me lo callo para que también apostéis por eso. Una empresa de apuestas por internet se está interesando por mí, pero quiero escuchar más ofertas.
Como me aburro un tanto y mi código genético me obliga, estoy chequeando mi "sistema". Por ejemplo con los músculos de mi pecho que empiezan a practicar un movimiento como el de la respiración empleando los pulmones y el diafragma. Los pulmones son el último órgano vital que se forma en los bebés. En el interior no los uso, ya que obtengo el oxígeno de la placenta a través del cordón umbilical y también de lo que trago de la bolsa amniótica. Los pulmones todavía no están totalmente desarrollados, pero si naciera antes de tiempo, podría respirar con ayuda(de una maquina, claro). Puede que por ahí fuera, sobre todo mi mamá, se noten unos saltitos rítmicos en la nave nodriza. No son turbulencias del vuelo, si no hipo. A partir de ahora será bastante común que notes cuando esto ocurre. El hipo no suele durar mucho y además, de regalo para mi mamá, hago unas agradables cosquillas. Hay quien comenta que el hipo fetal es curioso porque sólo produce espasmos, no produce ruido porque no hay aire en los pulmones.
Entre ratos también me chupo el dedo, literalmente, no retóricamente que no me he caído del guindo. Digo entre ratos porque ya tengo mi horario regular de dormir y estar despierto. Normalmente duermo de día y me divierto de noche, lo normal ¿no? Ahora estoy más activo porque mi cerebro está cada vez más desarrollado.
Si acercas la oreja a la tripita de mi mamá se pueden escuchar mis latidos, pero corres el serio riesgo de llevarte una patada de regalo, firmada personalmente, eso sí. El ritmo cardíaco está muy vinculado entre madres e hij@s, el estrés y los hábitos influyen directamente. Si no se llevan unas costumbres y un ritmo de vida sanos, se pueden desarrollar diversos problemas en el feto.
Mi mamá es bastante sana, pero de vez en cuando me llega por el cordón un líquido marrón, dulce y burbujeante que ¡¡¡me pone a cien, neng!!!