miércoles, 22 de abril de 2009

SEMANA 21 DE EMBARAZO

¡Hola!
Cómo pasa el tiempo, ya han pasado 21 semanas de embarazo y yo tengo 19 semanas de gestación. Tengo la medida de una zanahoria, sí igual que la semana pasada, pero un poco más grande ya que he crecido alrededor de un centímetro y medio desde la semana pasada (voy a estirón por rato). Ahora mido casi 27 centímetros desde la cabeza hasta los pies y peso unos 330 gramos, como una botella de ketchup Heinz, la normal, eh, no la grande. De hecho el tamaño que tiene esta botella estará ahí ahí conmigo (o la zanahoria, o la verdura equivalente), así que puedes ir a tu supermercado o tienda favorita y mecerla entre tus brazos para hacerte a la idea, pero que no te vea nadie que si no notarás más de una mirada clavada en tu nuca y a los enfermeros del psiquiátrico más cercano acercarse rápidamente.
Estos días estoy como inquieto, no paro de moverse. Lo he contado, el aburrimiento hace estragos a veces, y he comprobado que me muevo más o menos 50 veces cada hora, incluso cuando estoy durmiendo. ¿Que cómo lo sé? Porque me despierto en una posición distinta a la que estaba antes de caer traspuesto. Todos esos movimientos sirven para estimular mi desarrollo físico y mental. Hago de todo: pataditas, giros, estiramientos y toda la gimnasia que se me ocurre. Cuando las mamás más notan todos los movimientos del colectivo intrauterino es por las noches, cuando están descansando sin moverse. También se nota bastante los movimientos porque en esta etapa el útero es aún amplio para el tamaño de los bebés, y nos movemos respondiendo a estímulos como el sonido o la ingesta de alimentos ricos en glucosa.
Ya no parezco delgado sino que me estoy redondeando (pero sin lonchas, ni flotadores, ni michelines, un tipito estupendo, vamos) y mis miembros ya están proporcionados.
Al igual que los nadadores, al permanecer por tiempo prolongado en sumersión, puedo experimentar daños en mi piel. Por eso a esta altura, se produce una sustancia grasosa, como una crema lubricante llamada vermix caseosa o también llamada unto sebáceo que protege mi piel de la maceración. De eso que nos libramos, porque si no naceríamos con la piel como la de un bolso, y a ver si se confunden y sucede una desgracia. No quiero pensarlo, de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario