miércoles, 5 de agosto de 2009

SEMANA 36 DE EMBARAZO


¡Hola!
Ya estamos en las últimas cuatro semanas, es decir, en cualquier momento puede suceder que me quede encajado y se produzca la reacción que me saque de este zulo cada día más estrecho. Aumento de peso por días, aproximadamente unos 30 gramos, o lo que es lo mismo entre 250 y 350 gramos semanales. Ya mido cerca de 50 centímetros y peso unos 2,600 kilos.
Estoy perdiendo poco a poco el vello que me cubría durante las semanas anteriores (tan joven y ya me quedo calvo), así como la sustancia cremosa (vernix caseosa) que ha recubierto mi piel durante todo el tiempo que he estado flotando en el líquido amniótico para evitar la corrosión y evitar futuras reclamaciones. Junto con el líquido amniótico que trago, también tengo que tragar la vernix caseosa y el vello que pierdo, además de otras secreciones. Como no hay nada mejor, pruebo nuevos sabores. Toda esa mezcla, que tiene un color negro o verde muy oscuro y se llama meconio, formará mi primera evacuación. Un souvenir de mi vida intrauterina especialmente dedicado a quien tenga que cambiar el primer pañal.
Para acabar de completar mi desarrollo se forman cúmulos de grasa que redondean mi cuerpo. Sirven de reserva energética y para regular la temperatura en el exterior. Con todo esto la piel empieza a hacerse más rosada. Así seré un bonito querubín.
Al final de esta semana habré llegado a término, que no es ninguna estación. Los bebés que nacen antes de las 37 semanas se consideran prematuros y los que nacen entre las 37 y las 42 semanas, a término. Podrían decir que somos óptimos, pero la cuestión es complicarse.
Menos mal que ya hace tiempo que estoy cabeza abajo, como los murciélagos, porque si no podrían perpetrar lo que se conoce médicamente como una versión cefálica exterior, que es una forma de decir en lenguaje médico, que el doctor trata de girar al bebé para que se ponga en la posición ideal para el nacimiento, empujándolo con una mano desde la parte exterior de la barriguita de la mamá.
Pensaréis que no, pero la vida intrauterina es dura. Y es el principio de todo.

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